De hecho, en el informe“2022”银行和资本市场前景Deloitte apunta a la falta de un lenguaje común, con una conexión estratégica y el negocio como prioridad, para la transformación digital en toda la institución.
La banca y los servicios financieros en general no son los únicos que se enfrentan a esa situación para alinear y entender los efectos de la transformación digital en sus empresas. La mera envergadura de los cambios y su carácter incesante conducen a programas de transformación dispares, llevados a cabo en sistemas aislados que no logran convertirse en objetivos organizativos más amplios.
Eso es evidente en la modernización de los sistemas Core. El sector bancario ha visto una gran inversión en su front-office, con tecnología de cara al cliente, mientras que el back-office sigue utilizando sistemas legacy y modelos de datos obsoletos. Según Deloitte, tan solo un 11 % de los bancos ha modernizado totalmente sus sistemas Core hasta el punto de poder integrar fácilmente tecnologías digitales emergentes.
Durante el confinamiento global, las organizaciones de servicios financieros vieron la necesidad de digitalizar el back-office para obtener más valor de todo el sistema empresarial, así como para conectar esos procesos y los datos que los sustentan. Al sector bancario aún le queda mucho por hacer.
Viren Patel, asesor estratégico para el sector de servicios financieros en Workday, afirma que "se trata de tener una plataforma que permita reaccionar, y ser ágiles y resilientes ante todos los cambios del sector. En la banca las normativas cambian constantemente. En el mercado no dejan de irrumpir disruptores nuevos. Por eso es clave la capacidad para introducir nuevas disposiciones y añadir nuevas dimensiones a medida que cambia el mercado con un modelo de datos flexible".
Cuestiones similares conciernen al modo en que los bancos se pueden beneficiar de la implementación de inteligencia artificial (AI) a escala y la adopción plena de la automatización de procesos robóticos (RPA) en sus operaciones de front y back-end.